viernes, 25 de enero de 2013

Vindicado

Las olas no van a tragarse la mar,
como un viejo que se enfrenta a lo inabarcable.
Y frente a sus dudas, duda.
El niño será una silueta desdibujada en sus pupilas
y no volverá a agarrar las rosas por las espinas
Entonces comienza el festín de Beelzebub

domingo, 13 de enero de 2013

Trono


No quiero sus ojos como espejos.
¡Que mis espejos sean sus lágrimas!
No hay empatía en quien no te ha visto sangrar.
Se dirigen a mí,
y sus abyectas voces me hablan de tormentos
cuando sus heridas son nimias.
Y la mía es mayor de lo que se ha de volver menor.
Se sientan en sus cimas y en su supremacía, me miran.
Desde abajo a arriba.
Y yo, viceversa, con lástima y envidia.
Luego, los lleno de sombras.
Veo en mí, un Sol encanecido.
por la estoicidad y la miseria, como un Dios mendigo.