Miel
¿Y cómo, en esencia describo, el susurro que se mantiene en vilo y del cual nace un grito?
De jirones, que fueron eones de muros y de torreones
rasgados en un suspiro
Y Dioses mundanos desterrados por la luz nívea de bajas
copas
Que aúnan a su vez a almas cansadas colmadas de afluentes, y
de derrotas
¿No es en tras esos agradables disturbios cuando exacerba la
armonía?
Y entre el endulzado aire se desliza alguna palabra que
detiene el tiempo, pero no a mí
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